Firmo y hago mío el breve de Ramón Pi, publicado en Negocios que reproduzco a continuación.
Como Ramón Pi, yo tampoco "insistiría en este asunto si no fuera porque no cesa esta persecución ideológica de corte totalitario, al modo de los nazis y comunistas a lo largo del siglo XX. Y mientras eso ocurra, trataré de contarlo en la medida de mis posibilidades, para que se sepa dónde está cada cual, y qué métodos emplea".
Como puede verse, también hay otras "estrategias de comunicación", bien diversas de las comentadas en la anotación previa.
EL diario El País publicaba ayer en su página 42 otra entrega de la cacería emprendida contra el profesor Polaino Lorente. Se trata de un reportaje titulado La doctrina Polaino, que ofrece la imagen de un personaje enteramente distinto del que sugiere la lectura de su comparecencia el lunes ante el Senado para dar su opinión sobre adopción por homosexuales. Recomiendo la lectura de ambos textos [uno y otro], y que cada cual extraiga las conclusiones que quiera, y decida quién mezcla prejuicios con información o ciencia [*]. A mi entender, la fijación del grupo Prisa con Aquilino Polaino es un ejemplo ya clásico de cómo los nuevos inquisidores no vacilan en tratar de desacreditar a las personas relevantes que discuten sus dogmas, a falta de argumentos que vayan al fondo de las cuestiones que se debaten. El grupo Prisa ha hecho bandera de la corrección política en materia de homosexualidad (igualdad jurídica, social, política y moral de cualesquiera conductas sexuales), y como no soporta que se le lleve la contraria, defiende su dogma tratando de destrozar la respetabilidad de los oponentes. Yo no insistiría en este asunto si no fuera porque no cesa esta persecución ideológica de corte totalitario, al modo de los nazis y comunistas a lo largo del siglo XX. Y mientras eso ocurra, trataré de contarlo en la medida de mis posibilidades, para que se sepa dónde está cada cual, y qué métodos emplea. De esta cacería forman parte también las acciones judiciales que el lobby rosa ha emprendido contra Polaino, cuyo destino lógico sería el archivo, pero cualquiera sabe, y en todo caso la sola noticia en los medios ya es otra pedrada en la buena fama del perseguido. Así van las cosas. |
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[*] Si el lector no saca demasidado de esta comparación, puede ser síntoma de probable contaminación de relativismo, que -como es sabido- pueder resultar dañoso para la salud mental, cívica y democrática.
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